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el triciclo

    …nací a los 4.493 días del reinado de Pío XII, en mi pueblo nacemos católicos, apostólicos y romanos.

    …fui arte y parte de 4 eventos extraordinarios en los 4 primeros años de mi vida. eventos que me moldearon: en lo emocional, biológico, familiar y conductual.

    … presencié mi nacimiento. tengo conciencia de mí, a pocos minutos de abandonar ese mundo acuoso, cálido, confortable, de color rosado y me asomé por apretada ventana a este mundo exterior de luz invisible y nuevos sonidos. por seguir el zigzagueante vuelo de 1 mosca…patee la palangana con agua tibia en que me bañarían. lo hicieron con agua fría, ese fue mi primer percance.

    1. por mis medios, con ayuda de los codos, los talones y las nalgas, me acomodé en la almohada, quede semi sentado y con actitud actoral musite con vibraciones guturales la primera estrofa del himno nacional.

    2. la polio… o, poliomielitis. esta enfermedad en mis tiempos solo la sanaba la magia, o el milagro. los pocos que eran favorecidos con la misericordia de dios, o acertados conjuros, quedaban apachurrados, descangallados, desangarillados, buenos para nada y de fotos para el álbum familiar ni hablemos.

    …para bien, o para mal…le gané a Albert Einstein. él empezó a caminar y a balbucear las primeras palabras a los 3 años y yo a los 4. al empiece de mis primeros solitos, ahí no más, la polio…!

    …en aquellos tiempos el mundo era muy joven y la inmensa mayoría de las cosas esperaban turno para ser inventadas…como paliativo a las carencias médicas de la época, mamá, con autorización del cura del pueblo invocó a los médicos invisibles. algo me dice que fue el doctor José Gregorio Hernández, muerto muchos años atrás, fue el que me operó. …algunos dirán que la polio no es operable, razón tienen…! pero otra cosa es con la medicina metafísica. como evidencia tengo inmensa cicatriz en el empeine de mi pie izquierdo.
    …secuelas físicas no quedaron, sí, anomalías psíquicas y admirable fealdad. a decir verdad, mi edad mental se detuvo… aún sufro, o disfruto del síndrome de Peter Pan…con vestigios de autismo, dislexia moderada, más apetecible menú para psiquiatra, el ambiguo TDAH*, menos mal…!

    3. a las madres se les perdona todo… menos que se mueran. la mía tuvo la inoportuna idea de morirse y con este desatinado acto desacomodó mi vida.

    …tuve que enseñarme, ser mi maestro…empecé haciéndome amigo del mundo. el mundo es muy chico…mundo es lo que pensamos y lo que no pensamos, no existe…así de fácil…!
    …a temprana edad comprendí que el bien o el mal son conceptos accesorios…que debemos perseguir lo bueno, lo que nos place con alegría y huir de lo malo…o reventarlo, si nos acosa.

    4. a los niños no nos interesan las causas…nuestros mundos son dinámicos, solo percibimos los efectos y la paliza que me propinó mi abuela fue 1 efecto sin causa…pues yo solo quería lo bueno para mí.

    …mi abuela …bella y buena mujer, llena de bondad y amor maternal; pero hacía mucho tiempo que olvidó que también fue niña.

    …ese triciclo que nunca fue nuevo apareció en mi vida, lo montaba mi hermano Guillermo, fue en la Lejía, el nuevo hogar para nuestra reciente orfandad. .
    …niño explorador fue de mis primeras inclinaciones. abría puertas, baúles, cajones, escaparates, desataba envoltorios, destapaba ollas y desarmaba relojes.

    …en el escaparate de mi abuela encontré 1 billetera, sí, la encontré…! y dentro de ella 2 billetes de $2 cada 1. con lógica matemática deduje que si los partía a la mitad tendría más pesitos… hoy recordando esto, me maravillo de mi cálculo analítico… no sabía contar, pero tenía básicos conocimientos de cantidad y del valor del dinero. dicho y hecho, los multipliqué, al bolsillo de su nuevo y legítimo dueño. las cosas son del que las posee y atesora.

    …los niños somos sedientos de bienestar personal, algunos lo llaman caprichos, egoísmo, llámesele como sea…! el Guillermo no quiso cederme el triciclo a cambio de nada…entonces le ofrecí mis pesitos…aceptó, ese fue mi primer negocio. . …recuerdo que recién salía de la polio y mis habilidades motrices dejaban mucho que desear. con dificultad logré subirme al triciclo, no había empezado a pedalear y vi venir a mi abuela cinturón doblado en mano…el muy indiscreto de mi hermano le fue a contar de los pesitos que le di por el alquiler del triciclo. todo fue muy rápido, con su mano izquierda cogió mi muñeca derecha y poniéndome a la altura de sus ojos dictó la inapelable sentencia: “mocoso culicagao, te voy a dar 1 pela que te vas a acordar de mí hasta que estés babeándote las rodillas” …de la misma manera que se sacude 1 almohada llena de pelusas, así batió en mí toda la inclemencia de su injustificado enojo.

    …los azotes con cinturones no duelen: arden, pican, queman… y en medio del suplicio exclamé: “mamita yo la perdono” mi desconocimiento de la gramática de los adultos la hizo reír y sesó el horror.

    …2 frasquitos de aceite de almendras…escasamente suficientes para aliviar mi mallugado cuerpito.

    voviar noria

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